MUÑECOS PARA MIS NIÑOS

Hola chicos, espero que sigáis aquí porque tengo una preciosa historia que contaros, real como la vida misma, o incluso más, que tal vez pueda explicar las misteriosas apariciones de muñecos por todo el instituto.

Cuando llega el Día de Muertos en México hasta a Ronald Mc Donald se le aflojan los intestinos, y no es para menos. Aquí el hombre del saco se confunde fácilmente con Santa Claus porque los mexicanos son al terror lo que sus comidas son al picante.

Y si no quieres taza, taza y media.

Esta vez el lugar maldito existe, yo lo visité, y sus protagonistas tienen partida de nacimiento y defunción expedida por el Gobierno mexicano.

El señor Julián Santana Barrera, que en paz descanse

Hay un lugar en Xochimilco (a ver quien descubre por qué es Patrimonio de la Humanidad) al que los cardiólogos le deben más que al Dr. Barnard (el primero que realizó con éxito un trasplante de corazón), la Isla de las Muñecas.

Cuenta la historia que hace algunos años en ese punto concreto de los canales de Xochimilco se ahogó una chica que disfrutaba de un baño y su espíritu comenzó a aparecerse al dueño del terreno colindante (en realidad son chinampas, un sistema de cultivo ancestral), el señor Julián Santa Ana Barrera, para más datos, sí, el de la foto de arriba.

Para alejarla de allí y dejar de escuchar las voces, llantos y lamentos, el buen hombre, con la lógica digna de un enajenado se dedicó a la labor de colgar de los árboles muñecos que recogía de todas partes, basura incluida. Cierto que probablemente logró su propósito, porque no hay persona viva o muerta que no se aleje de allí con los pelos como escarpias.

A principios de abril del 2001, y minutos después de comentarle a su sobrino que una espantosa sirena quería llevárselo, pero él lo impediría cantando, el infortunado Julián murió de un infarto a la orilla del mismo lugar donde años antes se había ahogado la muchacha.

El inmisericorde paso del tiempo y las inclemencias climáticas hacen que Chuky grite "¡Mamá!" cada vez que pasa por allí, que debe ser a menudo.

Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo dos.

Y, de propina, otras dos, que corra el miedo descontrolado.

Y aquí, en este magnífico escenario, se representa la noche del Día de Muertos la leyenda de La Llorona, el mayor mito mexicano en materia de terror, lo cual no es poco. Pero de eso os hablaré en el próximo post a los que tengáis el valor de leerlo.

Mientras tanto, buenas noches Enma, Fernando, Nel, Pelayo, Ruth, Diego, Aitana, Álvaro, Javi,Carmen, Laura, Eva, Alez, Mónica, Héctor, Gabriela, Sara, Kevin, Andrea, Mara, Aitor, Andrés, Alberto, Alex, Claudia, Jessica, Elisa, Tamara, Unai, Alba, Ana, Raquel, Miguel, David, Daniel, Manuel, Ángel, Adán, Xuako, Rubén , que durmáis bien.