lunes, 7 de julio de 2014

DECALOGO DE ETIQUETA

No hace mucho estuvimos en una comunión aquí en México. Nos invitó una gran amiga y estupenda persona, mamá de un niño del cole de Hijo.
Así que para allá nos fuimos encantados de la vida y con nuestras mejores galas, a pesar de los pesares.
Que nadie piense que es fácil vestir a un niño de 7 años para eventos de etiqueta, la negativa es rotunda e inmediata, les sale automáticamente, no falla.
"Mamá, sólo se va elegante a una boda, y para ir elegante tengo el uniforme del colegio, que es muy elegante". Cierto, los lunes llevan americana y corbata, que llega hecha un buruño metida a presión en la mochila, pero de ahí a llevarlo como atuendo bodístico no acabo de verlo claro.
El siguiente razonamiento era "Si tengo que ir elegante no puede haber hinchables, ni ser una fiesta, me estás mintiendo". Por supuesto cuando habla de fiesta incluye chuches, atracciones, animadores, desmadre en una palabra, lo que viene siendo un cumpleaños, y a esos sitios siempre se va en camiseta (playera) y vaqueros (jeans), no de camisa y pantalón de pinzas.
Cuando por fin lo convencí de que iba a ser así con el aplastante argumento de "Pregúntale a tus amigos y ya verás como no te engaño", llegó la cuestión de qué ropa poner.
El principal escollo, lo supe siempre, iban a ser los zapatos. Yo soy la primera defensora de la comodidad en el calzado, lo prometo, pero de ahí a dejarlo llevar los crocs de color verde hay un abismo insondable. 
Si son estupendos, nadie lo duda, pero muy poco combinables con el conjunto


Gracias a Dios habíamos comprado en el último viaje a España unos zapatos monísimos, unos mocasines muy blanditos y flexibles y, al verme doblar la suela en dos como si tal cosa, se convenció que no podían ser tan malos.
 
Ahora ha decidido que la prueba de fuego de unos zapatos aceptables es poder unir la punta al talón. Mucho me temo que otros muy bonitos de ante que tiene por ahí van a sufrir el ostracismo más absoluto porque esa suela es recia, como de madera, y esa no hay forma humana de doblarla. Tendré que pensar para ellos en otro argumento igual de convincente. Se admiten sugerencias.
Serán cómodos, pero raritos, raritos
Iba muy guapo pero la belleza es efímera y, antes de la ceremonia, jugando a pillar con los amigos, tropezó y cayó rodilla en tierra en el único charco de barro de toda la ciudad. Me consoló saber que su amigo Dani ya se manchó en el garaje, antes de subir al coche. Mal de muchos....
Convencerlo para permanecer en la iglesia durante la misa fue muy sencillo, sólo tuve que razonar con él como un adulto. "Si no vamos a la misa, tampoco vamos a la fiesta". Claro y directo.
Ahora quiere una fiesta para su comunión, así que hemos hablado y va a empezar a prepararse para ella. Me preguntó qué pasa si decide no hacerla y ya le he dicho que no pasa nada, que primero tiene que saber en qué consiste y después tomar una decisión. Eso se llama madurar. Lo que haré yo después se llama manipular, pero esa no es la cuestión que nos ocupa.
Al terminar la ceremonia los niños que querían iban en fila a entregar una flor a la Virgen. Demostrando gran personalidad Hijo no pensaba ir hasta que vio a sus amigos desfilando pasillo adelante, entonces sí, para allá se fue.
La fiesta estuvo estupenda y todos sin excepción nos lo pasamos de maravilla.
Lo de la ropa elegante no fue un gran inconveniente dado que al poco rato, y debido al tremendo calor, le cambié la camisa por un polo de manga corta y, no mucho rato después, tiró un café y hubo que cambiarle pantalón y calcetines. Por supuesto estaba prevenida y llevaba de todo. Los zapatos quedaron aparcados a los pies del hinchable y opté por guardarlos y darle los de repuesto. El clásico "antes y después" pero invertido.

Cuando llegó la hora de retirarse se despidió de la anfitriona con las siguientes palabras: "La comunión me gustó mucho, la fiesta también, pero ahora tengo que irme porque tengo cosas que hacer".
¡Hala!, o como prefiere Selina, ¡Chimpún!

4 comentarios:

  1. Mira "Chimpun" llamamos aquí a un chico búlgaro. Me ha gustado mucho ese punto de vista con que miras las cosas. Paz eres muy positiva y eso se contagia. Besetes.

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    1. Qué remedio, o te dejas llevar o te agotas de nadar contra corriente, y eso que yo tiendo a ser muy salmón. Besos trasnochados.

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  2. Hijo lució correctamente para la ocasión gracias a Madre que, prevenida, iba dotada con recursos, el ánimo adecuado y buenas dosis de energía. Llegar al ¡Chimpún! de manera tan comedida y sin más percances, debió de dar lugar a una reconfortante sensación de "objetivo cumplido". Quedan por ahí puertas abiertas como eso de los zapatos de ante _pata los que, lamentablemente, no tengo ideas persuasorias_, la comunión de HIjo... por lo que está claro que este no es un "Chimpún" definitivo. No obstante, pasito a pasito,... "To be continued"

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    1. Con Hijo detrás del Chimpún puede llegar cualquier cosa pero ese día reconozco que lo tenía todo más o menos controlado. Por una vez no consiguió superarme, poco a poco voy encontrando nuevos recursos. Besos guapa.

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