miércoles, 7 de enero de 2015

VUELTA A LA VIDA

Después de unos "días" de descanso retomo el blog sin demasiadas ganas, para qué engañarnos.
Desde el último post me han operado (una cosa mínima y sin importancia), me he pasado media vida metida en el colegio en tareas de voluntariado vario y como miembro de la asociación de padres (es que no escarmiento), hemos desertado de una Navidad en familia al calor de la chimenea y la hemos cambiado por otra en Cancún al calor del sol y pasé la Nochevieja brindando con Gatorade, cortesía de Don Moctezuma y su maldición. 
Reconozcámoslo, para los que somos del Norte de España estas fiestas sin fresquito no son ná. La nariz goteando, las manos heladas, los pies como carámbanos, los bares a tope de gente gritando... Sin todo eso como que no es lo mismo. Mientras nosotros nos untábamos de protector solar factor 70, envidiábamos a Pilar que nos pasaba reportajes en directo de sus vacaciones en Escocia pelada de frío, como debe ser, y bebiendo ponches calientes desbordantes de alcohol mientras nosotros nos dábamos al mojito y la piña colada. Que, por cierto, a Hijo le entusiasmó en su versión des-alcoholada, por supuesto.

Los Reyes Magos nos encontraron cenando en un japonés en Houston y, por fin, de vuelta a casa en el inusitadamente frío DF.
Así que mucha pereza, muy poca mentalización para volver a la tan necesaria rutina y cero motivación para hacer nada que no sea cambiar de canal en la aburrida TV.
Repasando lo escrito me doy cuenta que muchos estaréis pensando que la operación mencionada al principio fue de cambio de sexo, que parece talmente que he mutado en hombre, pero no, sólo en cuanto al ansia por la posesión mando que me durará un suspiro, en cuanto alguno de los machos alfa de mi casa regrese al hogar se acabó lo que se daba.
Anécdotas interesantes, de esas que nunca olvidas y no recuerdas cuando quieres escribir sobre ellas, muchas, seguro, tendré que ponerme a pensar en serio sobre el asunto y algo me vendrá a la mente.
Sí adelanto que nadamos con tiburones de verdad verdadera. Los tres, somos unos padres irresponsables e inconscientes.
Así que lo dicho, ya de vuelta en este nuevo año que promete ser movido, o no, y yo preparando unas lentejas con chorizo para comer porque Hijo no quiere saber nada de hamburguesas, hot dog y similares.
Eso sí, la pizza sigue aguantando el tirón, es una superviviente.

4 comentarios:

  1. Que alegrón volverte a encontrar, no me extraña que te dé pereza, si pareces una hawayana !!
    Feliz Año para los tres. Besicos.

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    1. Estoy tan, pero tan vaga, que yo misma me asusto, tropicalizada perdida, pero ya se me pasará, qué remedio. Un año muy feliz también para ti, me pilló la Nochebuena sin internet ni teléfono y el fin de año en estado lamentable, ni felicitación por correo, soy de lo peor. Un beso con abrazo de oso.

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  2. Así que a esto hacías referencia en tu respuesta a mi comentario anterior: un no parar de no hacer nada que, por mucho que pudieras explicarme, seguiría dejándome alucinada.
    La nariz goteando,... Mis navidades han sido, al contrario de las tuyas, un clásico norteño, aunque chafado. Nada de gentíos en los bares o cosas por el estilo, cortesía de un fiero catarro que se complicó con una infección hermanada con una sinusitis, únicamente dispuesta a ceder ante los medicamentos poco antes de empezar a trabajar. Conste que sólo te lo cuento. No me quejo ni lloriqueo. Tus últimas nuevas en cuestiones de salud, me lo impiden. ¡¡¡Cachisssss, tú ganas!!! Ahora, eso sí, para que veas que no tengo mal perder, aquí van un beso, un abrazo y mis mejores deseos para que te recuperes.

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    1. Y por no aburrir no hablé del principio de neumonía de Marido ni de un inoportuno principio de algo de Hijo con fiebre y cansancio en plenos exámenes. Lo mandé igual para que los hiciera y dos días seguidos me lo devolvieron cuando los terminó porque estaba en mal estado. Pero no fue nada en realidad, te cedo el honor de más hecha polvo.

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