jueves, 5 de septiembre de 2013

POR EL ESTÓMAGO SE LLEGA AL CORAZÓN, ¿DÓNDE SE LLEGA POR LA NARIZ?

Para las de siempre, ellas saben quienes son

Todos hemos oído hablar de lo evocadores que son los olores y creo que todos lo hemos experimentado alguna vez.
Es como una máquina del tiempo que se activase a través de la pituitaria, no sólo te vienen recuerdos, son sensaciones, sentimientos... es como volver allí.

Pues, señores, a mí se me ha hecho añicos toda la ilusión de la adolescencia, esa etapa tremendamente feliz, en mi caso, y añorada hasta el extremo. Se me ha caído el mito de un plumazo, se ha derrumbado cual edificio del Carmel, no quedan sino ruinas de la antaño querida juventud.

¿Por qué?, pues por culpa precisamente de ese poder olfativo, que ataca a traición y por la espalda, la nariz ha sido para mis 15 años lo que Bruto para César.

Estaba yo el otro día tranquilamente en mi casa cuando me vino un aroma tenue pero muy familiar, no era perfume, ni ambientador, no sabía qué era, pero ahí estaba. Seguí su pista nariz al viento, dando breves pero continuas e intensas esnifadas, como he visto hacer a mi perro cuando huele comida o a Pocholo en las fiestas ibicencas, y llegué, asombrada, al baño (aquí, sanitarario).

Seguí la investigación odorífera, eso sí, con precauciones dado lo peligroso de la zona estudiada, y resultó que el aroma en cuestión venía del papel higiénico. Exacto, lo perfuman, era lo que me quedaba por ver, bueno, por oler.
Y el olor de ese papel me transportó de inmediato al instituto, a la discoteca de los fines de semana, a los veranos en la playa, a los merenderos de Somió... Vamos, que di marcha atrás en el tiempo a toda velocidad.
Y entonces me asaltó la duda que ha hecho que se tambaleen los cimientos de mi hasta ahora maravillosa y disfrutada etapa juvenil, si el olor del papel higiénico me retrotrae a esa época ¿podemos deducir que es porque, en realidad, fue una mierda y yo la tengo idealizada?.

Porque en cuanto al vestuario no cabe duda, era espantoso casi en su totalidad (aunque es cuestión de tiempo, y no demasiado, para que la moda de aquella época sea lucida por las it girls del momento).
Arreglada, pero informal
Un toque juvenil para ir a trabajar
Cindy Crawford demostrando que no necesariamente cualquier tiempo pasado fue mejor.
El maquillaje iba a tono con el vestuario, todas iguales y de labial, colorete y sombra de ojos Coral 5 de Margaret Astor para todo, que se ahorraba espacio y dinero.
Romántica (la pajarita era muy de la época)
Profesional, y anti acoso porque con este look no corres riegos.
Una de las más imitadas en los 80, a mí me gustaba más aquí, tenía un estilo propio, discutible, pero propio.
La bebida, intragable. Cuando pienso en las combinaciones de chocolate con ron, o con Licor 43, me dan arcadas. Rectifico, nauseas, arcadas me da recordar el popular combinado "Casa de Inma", creación propia, no preguntar ingredientes.
La música se salvaba, me gustaba y me sigue gustando, aunque no puedo decir lo mismo del look de los intérpretes.
Spandau ballet, estupenda música y deleznable peinado. Se suponía que este era de los grupos "elegantes".
Con Duran Duran no meterse, que un momento tonto lo tiene cualquiera y John Taylor sigue estando bastante bien. Un imprescindible en aquellos años, Nesquik o Cola Cao, Pepsi o Coca Cola, Simon Le Bon o John Taylor.
Los bares y discotecas que frecuentábamos se ajustaban perfectamente al Reglamento de actividades molestas, peligrosas o insalubres. Eran todo eso y muchas cosas más.
El número máximo de pasajeros en los locales y en los autobuses se decidía colocando un par de ceros más a la cifra oficial ¿que cabían 80 personas?. ¡Venga ya, que tenemos el Tetris!, metemos 8000 si nos organizamos bien.
Lo difícil es estar cerca de la puerta cuando llegue tu parada, y lejos cuando no aún no estés en ella para no salir a presión.
Claro que siempre puede ser peor
Hubo un tiempo en que mi amiga Inma enloquecía por estos dos, aunque sé que no lo confesará a un extraño ni bajo tortura inquisitorial.
Sí, es la misma Inma que inventó el cóctel explosivo, eso explicaría muchas cosas. Nena, el morenito este no ha madurado tan bien como John Taylor, reconócelo.
Y podría seguir, pero no lo haré. ¿Es o no para replantearse la cuestión?. ¿Me lo pasé tan bien como yo creía, o fue un espejismo?.

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