miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA ISLA DE LAS MUÑECAS

El lunes visitamos Xochimilco, un sitio precioso cuyo sello característicos son los canales por los que puedes pasear en unas barcas que ellos llaman TRAJINERAS.
En ellos se rodaron varias películas entre las que destaca María Candelaria, un clásico de 1943 con Dolores del Río.
Mañana os hablo del paseo, hoy quiero contar otra cosa. Ahí va la introducción erudita del asunto, gentileza de la wikipedia.

Xochimilco tiene particular importancia por la existencia de las chinampas.
Una chinampa es un antiguo método mesoamericano de agricultura y expansión territorial que, a través de una especie de balsas cubiertas con tierra, sirvieron para cultivar flores y verduras, así como para ampliar el territorio asentado en la superficie de lagos y lagunas. Es el mismo sistema que se utilizó para construir Tenochtitlán, una ciudad flotante sobre la laguna.
Se trata de una balsa con un armazón de troncos y varas, en ocasiones de considerables dimensiones, sobre la que se deposita tierra vegetal debidamente seleccionada con materias biodegradables como pasto, hojarasca, cáscaras de diferentes frutas y vegetales, etc.
En la chinampa se plantaba un sauce para que sus raíces crecieran desde el agua hasta la tierra firme en la ribera de lagunas y arroyos, anclando así la balsa a la orilla. Cuando el sauce ya era lo bastante grande se podía cultivar la tierra de la chiampa.

Esta técnica fue empleada en todo el Valle de México, pero actualmente sólo Xochimilco y Tláhuac conservan la chinampería.
Con el propósito de contribuir a la conservación del entorno lacustre, la Unesco proclamó las chinampas de Xochimilco como patrimonio de la Humanidad en 1987. La declaratoria ha estado en dos ocasiones en peligro, debido al deterioro de las chinampas ante el avance de la urbanización.

Ahora que ya estáis empapados de cultura mexica, quiero contar otra cosa. Ayer mi amiga Vanessa dedicó su entrada a la peculiar forma de ver la muerte en La Habana, a través de su blog CON SABOR A PUCHERO, que os recomiendo visitar.

Eso me dió una idea que ya llevaba rondando en mi cabeza desde el lunes, porque está claro que de todo lo que vimos en Xochimilco esto se merecía un comentario especial, pero investigando encontré la historia perfectamente narrada, así que he optado pro el camino fácil del corto-pego-un-enlace donde se cuenta
Si queréis saber lo que significa la palabra macabro sin aderezos hollywoodienses y real como la vida misma, pinchad este enlace y temblad.

7 comentarios:

  1. No sé por qué les parece tan raro que el hombre muriera de un infarto, lo increíble es que sobreviviera tanto tiempo en ese ambiente.

    ResponderEliminar
  2. Que acabo de enterarme que tienes un blog... como entro tan poco en Facebook. Besinos. Ya lo iré mirando con calma.

    ResponderEliminar
  3. ¡Madre mía, qué historia! ¡Hay qué ver el rostro curtido y lleno de surcos de ese hombre de mirada triste al final de la misma para salir con bien de ese espectáculo grotesco de muñecas desangeladas!
    Hoy me pilla cansada, pero ya me pasaré por "Con sabor a puchero" pues, si tú lo recomiendas, seguro que no tiene desperdicio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Cansada, o te vas a la cama para poder taparte hasta la cabeza y morirte de miedo tranquilamente después de leer esto?

      Eliminar
    2. Después de haber visto a la Bruja Carraspia en compañía de un Seamus Heaney sonriente, tras haberle escrito la dedicatoria "I love that lady", después de descubrir que ella era quien contestaba mis comentarios, no te diré que estoy curada de espantos, aunque, sin duda, soy más valiente. Así que, después de leer la historia de la Isla de las Muñecas, me metí en la cama, tapándome únicamente hasta el cuello, y dormí de un tirón, porque estaba CANSADA. Así que aquí sigo vivita y coleando, a pesar de la experiencia, para darte la tabarra.

      Eliminar
    3. No hay nada que no haría yo por una amiga, incluida terapia de shock para curarla de espantos. Un beso guapa, y que duermas bien todas las noches del mundo.

      Eliminar